sabato 1 dicembre 2012

un segreto bien guardado. Un segreto ben conservato.


Viernes 23 de noviembre de 2012 | Publicado en edición impresa
Literatura argentina

Secreto bien guardado Por Willy G. Bouillon  | LA NACION

A mitad de camino entre la novela y la investigación, La máscara sarda, de Luisa Valenzuela, imagina una conversación entre José López Rega y Juan Domingo Perón que revela los orígenes del ex presidente argentino 


La noche del 16 de junio de 1973, en la sala denominada El Claustro, de la quinta 17 de Octubre, en Madrid, Juan Domingo Perón se halla reunido con José López Rega. En algún otro lugar de la mansión, como un fantasma que nunca aparece en escena, está también su mujer, María Estela Martínez (Isabelita), y, en el altillo, aun con menor entidad que un fantasma, el ataúd en el que yace el cuerpo embalsamado de Eva Duarte.
Los dos hombres hablan, aunque hay prolongados lapsos en que se trata sólo de un monólogo a cargo de López Rega, alias el Brujo, Lopecito o Hermano Daniel. Tantos nombres como funciones: sirviente del general, pero además su cocinero, secretario privado, consejero, todo en el mayor extremo de incondicionalidad.
En ese momento, a cuatro días del retorno de Perón a la Argentina tras más de dos décadas de exilio, lo que el singular personaje le transmite se vincula con su propósito de inculcar ideas al Faraón de los Siglos, como lo llama, que, afirma, conllevan la virtud de dotarlo de las mejores condiciones a la hora de su histórica llegada a Ezeiza. Como es habitual, el insistente discurso del Brujo está plagado de referencias esotéricas, centradas en la instigación a que su jefe absoluto evoque su pasado remoto, más concretamente su nacimiento en Mamoiada, un pueblito de Cerdeña, en el que fue el pastorcito Giovanni Piris y donde tuvo lugar -artes mágicas mediante- una conversión que años más tarde le permitiría llegar a ser uno de los líderes más poderoso del planeta.

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