mercoledì 10 luglio 2013

INVISIBILIDAD Y DESINFORMACIÓN, OTRAS CARAS DE LA IMPUNIDAD Por Luisa Valenzuela

INVISIBILIDAD Y DESINFORMACIÓN, OTRAS CARAS DE LA IMPUNIDAD ...........Viajé a Cerdeña para asistir a los carnavales en la Barbagia de Ollolai

Por Luisa Valenzuela

(........)Por mi parte acabo de vivir una historia, menor en lo que a esto respecta, pero extraña. Viajé a Cerdeña para asistir a los carnavales en la Barbagia de Ollolai, el corazón de la isla. Se trata en realidad de arcaicos ritos agrarios, chtónicos, con máscaras imponentes. Y allí me aguardaba una sorpresa: la convicción, muy arraigada sobre todo en la pequeña ciudad de Mamoiada, de que el general Perón, tres veces presidente de la República Argentina, había nacido allí y emigrado a la Argentina durante su adolescencia, donde hubo de cambiar de nombre para poder ingresar al Colegio Militar.
Lo tomé como una pintoresca leyenda. Pero la novelista en mí no pudo menos que interesarse al irme adentrando en los datos y documentos que desde 1951 circulan por esas tierras. Fue entonces cuando el periodista y abogado Nino Tola publicó su primer artículo en el periódico L’Unione Sarda bajo el siguiente título: Nato a Mamoiada il dittatore Juan Peron? Tola no estaba convencido de la historia, pero un mes más tarde publicó un segundo artículo: Una questione che comincia a diventare seria divisa a Mamoiada in “peronisti” e “non peronisti”. Tras lo cual hubo de llamarse a silencio, supuestamente amenazado por los servicios secretos argentinos, los mismos que más tarde habrían de robarse las pocas tenues pruebas al respecto y hasta -se dice- quemar una casa en el pueblo. Años más tarde aparecieron al respecto diversos libros, siendo los más conocidos y divulgados los de Pepino Canneddu (Juan Perón-Giovanni Piras. Due nomi una persona, 1984), Gabriele Casula (¿Dónde nació Perón? Un enigma sardo nella storia dell´Argentina, 2004) y Raffaele Ballore (El Presidente – Il caso Piras-Peron, 2007).
Regresé a Buenos Aires con dicho material como tema para una novela, entendiendo que allí habría buenos secretos para explorar en lo que hace a la construcción de ese gran mito argentino.Al fin y al cabo el mismo Perón nunca habló de su infancia y cuando lo hizo dio datos ambiguos y contradictorios. Pero ¿cómo encarar la historia sin darla por cierta? ¿Acudir a realidades paralelas, quizá? Me pareció demasiado rebuscado, borgeano casi, recordando que en su breve cuento el El simulacro, Borges escribe que <> (El subrayado es mío).Recordé entonces dos cosas: la primera, que los autores sardos arriba mencionados acusan no solo a los servicios secretos argentinos sino más específicamente a López Rega como instigador del ocultamiento. Atando cabos, reviví una escena que tuve el privilegio de presenciar en la embajada de México, allá por 1977. Era la reunión de despedida del embajador, que sería transferido. Hacia el final de la velada me invitaron a subir a la parte restringida de la residencia, donde conocí al expresidente Héctor Cámpora y a otros “peces gordos” (a decir del dueño de casa), asilados allí desde tiempo atrás. Cámpora se largó a hablar y contó entre otras cosas cómo Perón había logrado convencerlo de que aceptara ser su candidato, honor que él había declinado días antes. Poco después de la llegada del General a Buenos Aires en 1972, por primera vez en más de dieciséis años, cuando ya el peronismo había dejado de estar proscrito, no así su conductor, viajaron todos al Paraguay en visita oficial. Durante la cena, sentados a la mesa estaban Perón, su esposa Isabelita, Cámpora y su hijo mayor, cuando Stroessner le preguntó al General argentino si ya tenía designado al candidato que habría de representarlo en las elecciones del año siguiente. En ese momento José López Rega hizo su aparición en el salón comedor pero Perón lo sacó del camino diciendo, y cito las palabras citadas por Cámpora


 Al recordar esa escena entendí el resentimiento que debió de haber sentido José López Rega, “el Brujo”, secretario privado del General en su exilio en Madrid, hombre para todo servicio y de desmedida ambición.
Del mismo General tomé el subtítulo de mi novela, La máscara sarda, el profundo secreto de Perón. Porque en Yo, Perón, de Enrique Pavón Pereyra, biógrafo oficial, aparece una frase del General muy citada por los “peronistas” sardos: <>.Es cierto que fraguó su fecha y lugar de nacimiento, que se sabe que el General Perón no nació en Lobos en 1895, se cree que nació en General Bermúdez en 1893. Confusiones y/o ocultamientos comprensibles no solo por los malos registros de la época, sino, se dice, porque Perón siempre quiso ocultar que fue hijo natural de madre tehuelche.
Pero el misterio no radica tanto en “el profundo secreto” cuanto en la desinformación. ¿Cómo puede ser que un infundio -llamémoslo así- que corre libremente por Italia, no solo en Cerdeña, al punto que hubo en Roma un coloquio al respecto hace apenas seis años, no haya llegado nunca a la Argentina?


 Cuando se habló de López Rega como posible gestor del ocultamiento lo creí muy improbable, en tan temprana fecha. Pero investigando pude comprobar que, en su calidad de cabo de policía, el futuro “Brujo” fue custodio de la mansión presidencial, el antiguo y ya demolido palacio Unzué, a partir de 1949. Y lo que es más, López Rega mismo dijo en aquella oportunidad, con su rimbombante estilo, que él había recibido un mandato divino para custodiar al General y a su señora, y protegerlos en todo momento.
Indagando en biografías varias encontré el posible origen de dicho mandato divino: Victoria Montero, la Madre Victoria, vidente y curandera correntina, a quien Evita consultó varias veces y que fue maestra de López Rega en esoterismos varios. ¿Habrá sido por sus artes de magia que esta historia de un Perón sardo quedó envuelta hasta el día de hoy en una capa de absoluta invisibilidad? Yo escribí la novela, me asesoré a fondo, no di por verdadera la leyenda, pero no puedo menos que asombrarme de que nadie, nadie, ninguno de los periodistas de diarios, radio, televisión, nadie hubiera escuchado jamás hablar de esta teoría que pulula en internet. Perón sardo. Una revelación o infundio que pudo haber sido usado por tantos y con tan diversos propósitos, el más lógico siendo el de invalidarlo, desmentirlo. O como burla en las publicaciones humorísticas de la época: Tía Vicenta, Humor, Sátira 12 hoy en día. O bien, y esto podría resultar engorroso, para denunciar al general Perón como un gran fraude, habiendo logrado ser presidente por tres períodos de un país cuya Constitución no aceptaba un mandatario extranjero.


 Entonces cabe suponer que el brazo largo del “Brujo” y su Triple A de infausta memoria, hayan llegado hasta Cerdeña para borrar las pistas, aun sabiéndolas engañosas.
Por humilde que sea, habría aquí un pliegue más de la capa de invisibilidad que pretendieron adosarse quienes entendieron el poder como una forma de inimputabilidad, o de impunidad. Por fortuna hoy cabe celebrar que ese tramo de la dolorosa historia argentina que había quedado postergado cuando fueron reflotados los juicios contra la dictadura militar pueda ir saliendo a luz y que en todo el país los Juicios por la Verdad sigan retrocediendo en el tiempo para no dejar piedra sin levantar ni culpable de crimen de lesa humanidad impune.





















venerdì 5 luglio 2013

la trama de madrid de Juan B. Yofre, Juan Domingo Perón poco antes de retornar a la Argentina, en 1973.

TRAMA DE MADRID, LA 
Sinopsis de


""No necesito el bastón para tener poder", dijo Juan Domingo Perón poco antes de retornar a la Argentina, en 1973, cuando Héctor J. Cámpora, angustiado, intentó darle su banda presidencial. Era de noche, y Francisco Franco ofrecía una cena de gala en el Palacio de Oriente madrileño. Cámpora, con todos sus distintivos honoríficos, quiso convencer al ex presidente de que su presencia era más que oportuna. Perón se negó con arrogancia. Estaba irritado. "No me queda otra solución que volver allá y poner las cosas en orden", confesaba en la intimidad. Este episodio es el paradigma de todas las acciones que, desde su exilio, llevó a cabo Perón para reconquistar el poder. Un país por largo tiempo en llamas, dividido en dos ejes: Buenos Aires y Puerta de Hierro. Como uno de los mejores estrategas y políticos que ha tenido la Argentina, Perón siempre supo que el poder no puede quedar sin dueño. Y que debe ser resguardado en un único sitio. Por eso, desde Madrid, comienza a urdir una trama. La trama de Madrid. Los documentos secretos sobre el retorno de Perón a la Argentina cuenta la historia de cómo llega a la presidencia de la Nación para reconciliar a los argentinos. Comenzando desde su vínculo con Jorge Daniel Paladino #el hombre que lo ayudó a instalarse definitivamente entre y sobre todos los políticos vernáculos# hasta el "golpe blanco" contra Cámpora, Juan B. Yofre plasma, como en un coro polifónico, todas las desinteligencias e intrigas que caracterizaron este período: la muerte de Vandor, el asesinato de Aramburu, la institución de la "Cámara del terror", la fuga del penal de Rawson, la conducta del presidente chileno Salvador Allende, los diálogos con Balbín, los dobles agentes, la entrega a Perón de los restos de Evita. A los documentos inéditos, testimonios y archivos personales que nunca antes fueron develados, hay que añadir el rigor de las deducciones que realiza el autor, que nuevamente apuesta a comprender la complejidad del pasado para repensar los problemas de nuestro presente.